Llegué a casa de mi madre, que se encargaba de cuidar a Pablo cuando los turnos del súper me hacían la vida imposible.
-Hola, hija -saludó, mientras abría la puerta.
-¿Qué tal, mami? -entré en casa y vi cómo torcía el gesto.
-Vas sin nada de ropa, te vas a resfriar.
-Mamá, hace casi cuarenta grados -respondí mientras colocaba el bolso.
-Pues así es como se cogen los resfriados, confiándote -insistió.
¿Veis? Lo que yo decía, las madres sobredimensionan todo. Igual por eso no se ven mujeres trabajando en la NASA, porque entonces los que tendrían un problema serían los de Houston. De entrada el astronauta llevaría su mono blanco y encima una rebequita -todo el mundo sabe que en la Luna refresca-. Imagino a la madre durante la retransmisión, con todos los técnicos de la sala de control de Cabo Cañaveral, viendo a su hijo dentro de la nave espacial, y ella hablando en voz alta, repitiendo "Ay, qué guapo es". Y cuando el astronauta saliera de la nave y comenzase a descender por la escalerilla para pisar el suelo de la Luna, su madre apartaría a un técnico de un codazo, agarraría un micrófono y gritaría:
-McMillan, hijo, no me llamas nunca.
-¿Mamá? ¿Qué coño haces ahí?
-McMillan, hijo, habla bien. ¡Y péinate, que te está viendo todo el mundo!
- Pero si no se me ve con el casco.
-Ay, ay, me vas a matar a disgustos. Con lo buen niño que eras tú...
McMillan carraspea para aclarar su garganta seca por los nervios y pronunciar la frase que lleva ensayando durante meses:
-One small step for man...- Y la madre que aprovecha para hablar a la vez, que es algo que siempre hacen las madres. Aguardan agazapadas, igual que los guepardos de los documentales, a que estés hablando con alguien para abalanzarse sobre tu conversación y contarte cualquier cosa. Cuanto más intranscendente y larga, mejor.
-McMillan, ten cuidado no te vayas a caer.
-Mamá, que nos están oyendo tres mil setecientos millones de personas, que voy a pisar la Luna.
-¡Ni luna, ni luno!
-Mamá, por favor, que tengo que buscar vida extraterrestre, luego te llamo, de verdad.
-Vida extraterrestre, vida extraterrestre... ¡¡A que voy yo y la encuentro!!
Dejé el bolso en el perchero de la entrada y fui al baño a hacer pis. De fondo podía oír a mi madre hablar, pero no entendía qué decía.
-¡Mamá, no te oigo! ¡Ahora salgo!
Daba igual. Mi madre no callaba. Tiré de la cisterna, me lavé las manos y al abrir la puerta se calló.
Pues esa es la página 42 del libro, como veis se le va bastante la olla a la autora en el libro XD pero bueno, es parte de la gracia que tiene. ¿Qué opináis? ¿Os da ganas de leerlo?
JAjajaja es muy realista xd me encanta ! apuntado <3
ResponderEliminarJajajajaja sí, y eso que esta no es una de las mejores partes XD
EliminarUn beso
JAJAJA ¡Buenísimo! Tiene pinta de ser genial♥
ResponderEliminarSí, es genial, te lo súper recomiendo ^^
EliminarBesos
Le tengo muchísimas ganas a esta autora, tiene pinta de ser genial.
ResponderEliminarBesitos
Muy bueno. Ja ja
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