El joven Tsumoru titubeó antes de contestarle, temiendo que su respuesta no resultase satisfactoria, y dijo:
-De hecho no, me dan alergia, una alergia espantosa. Si se me acerca alguno, me salen granos por todas partes. Al oír aquello, el profesor Ueno abrió los ojos como platos y el muchacho no supo que pensar-. ¿Será un problema lo del perro? - preguntó sin que la camisa le llegara al cuerpo.
-No, estimado médico Tsumoru. -Y el profesor Ueno sonrió-. Todo lo contrario. Como puede comprender, joven, tendré que hablar con la señora Yaeko del asunto...Pero si solo dependiera de mí, ya podría usted contar con la mano de mi hija.
-Bueno, pues...- dijo el médico, sorprendido-. Me alegra mucho oírlo.
El joven Tsumoru presentó sus respetos a la señora Yaeko y a Chizuko con una profunda reverencia, y se marchó a su casa.
Adoro esta película!!!!
ResponderEliminarAinss vi la peli y lloré como una magdalena, es preciosa pero tan intensa y triste...
ResponderEliminar¡Un beso!
¡Hola! ^-^
ResponderEliminarYo también leí el libro de Lluis Prats, y a sido releer esta escena y acordarme de lo mucho que me gustó. Es imposible no emocionarse con esta historia tan preciosa, adoro a Hachiko demasiado *-*
Besos.
Hola, vi la pelicula y es una historia trsite asi que no me planteo leer el libro. Acabo de conocer tu blog y me quedo por aqui, espero verte pronto por el mio, besos.
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