lunes, 28 de abril de 2025

[Página 42] Hijos de Brin - Nicholas Avedon

Vincent siguió hablando durante horas sobre el mundo posterior a la partida de nuestra nave. Jamás, en toda mi vida, había estado tan atento como entonces, porque hablaba de todo lo que nos habíamos perdido. Comprendimos que estábamos aislados y que todo aquel extenso universo que ahora se abría antes nuestros ojos nos estaba prohibido porque nuestra querida nave-hogar se había convertido en un cascarón dentro de un estanque. Ni siquiera estábamos seguros de que al cabo de los años que nos quedaban de viaje, si es que no había más contratiempos, pudiéramos establecer una colonia en Procyon. 

Entendí entonces el porqué de la expresión de mi padre y sus temores mal escondidos. El frágil equilibro de Veluss se basaba en un objetivo común: un sacrifico de varias generaciones para lograr un futuro próspero para sus hijos; pero ¿qué ocurriría si no había tal futuro? Todavía no alcanzaba a imaginar todas las implicaciones de aquello, pero estaba seguro de que el consejo ya lo había visto con claridad y por eso nos habían encerrado y aislado. 

Recuerdo que fue en aquel momento cuando me percaté de que no volveríamos a salir hasta pasado un largo tiempo; como mínimo el tiempo necesario para preparar a la población de Veluss para que pudiera digerir una noticia como aquella. Pero ¿y si no se hacía público? ¿Y si la mejor forma de manejar la situación era mantenernos en silencio hasta llegar a Procyon? ¿Y qué mejor manera que tenernos encerrados? 

Pensé en Susan y en Marga, mi segunda opción de pareja. Nunca había pensado el significado de perder mi futuro, de no formar una familia. Ahora que mi vida empezaba a no ser tan predecible, la incertidumbre me aplastaba. Pensé en lo que había asumido que serían mis responsabilidades. Todo ese mundo ordenado y metódico que ahora quedaba al margen de mi vida. Tragué saliva y me dije a mí mismo que todo aquello era irrelevante, al menos durante un tiempo. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario