Autor: Jaco Jacobs
Páginas: 152
Título original: A good day for climbing trees
Editorial: SiruelaDos curiosos personajes luchan por salvar un árbol y consiguen movilizar a todo un pueblo.
Marnus tiene trece años y está harto de sentirse invisible, de vivir a la sombra de sus dos hermanos. Al mayor se le da muy bien batir récords de natación y dejar a las chicas suspirando por él. El pequeño es un crío listo y emprendedor que ha conseguido engañarlo para que cargue con la tarea de fregar los platos durante todo el verano.
Sin embargo, una mañana, en la puerta de su casa, aparece una chica llamada Leila. Tiene algo que pedirle: ¿querría ayudarla a salvar un árbol?
Una novela juvenil tierna y divertida en la que un chico y una chica de trece años, que no tienen nada de especiales, se convertirán en héroes.
Una historia que apenas sucede en 4 días, pero que vista desde los ojos de un niño, son toda una aventura.
El árbol del centro del universo
A lo largo de sus páginas, acompañaremos a Marnus, el hijo intermedio de 3, o también conocido socialmente como "el invisible". Y eso podría no ser un problema, pero ¿cómo no crecer acomplejado cuanto tu hermano mayor es una máquina en el deporte, y tu hermano pequeño es una fiera en las finanzas?
Marnus esperaba unas vacaciones navideñas sin novedades, hasta que Leila llama a su puerta con una propuesta un tanto inusual: "¿Quieres salvar un árbol?"
Y algo que comienza como una curiosidad, acabará por romper la invisibilidad de Marnus, poniéndolo en la vista de miles y miles de personas.
También comentar que aunque no tomen protagonismo, vemos cómo se tratan muchos temas adultos, que pueden hacernos reflexionar bastante a lo largo de sus páginas.
En especial una novela que presenta el activismo y los peligros del cambio climático a los más jóvenes en una época donde el consumismo y el mirar hacia otro lado no paran de ganar peso.
Aunque marcada como infantil y juvenil, a mí me han dado muchas ganas de coger unas vacaciones para irme al campo y tirarme en el suelo a ver las estrellas. Salir un poco de la cárcel de metal en la que vivimos.
Puntuación: 4/5
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