jueves, 12 de marzo de 2015

[Página 42] Cómo conocí al que me hubiese gustado que fuera vuestro padre

C8. Roberta
Tu concreción me abruma

A lo que algunos llaman "ser borde", otros lo llaman "ser directa" y, sinceramente, prefiero el segundo término.  Ésta es otra de mis cualidades.

Nunca me ha gustado eso de perder el tiempo, Si algo se tiene que hacer, se hace y punto. Si alguien me cae mal, lo nota y punto. Si algo tiene que pasar... si algo tiene que pasar, espero a que otros tomen la iniciativa porque yo me muero de vergüenza.

Así soy yo, muy valiente para unas cosas, pero tremendamente cobarde, insegura e infantil para otras. Bueno, creo que conviene que matice: así ERA yo.

Tuvieron lugar un par de citas bastante parejiles. El cuarteto en cuestión, como ya os imagináis, era el formado por Alejandrito, su amigo del alma Eusebio, Antonia y su amiga del alma, una servidora. ¡Menuda foto!
Los conocimos una noche de fiesta, corrijo, Antonia conoció a Alejandrito una noche de fiesta: que si te haces una foto conmigo... que si te doy mi Fcebook... y yo, como soy de esas amigas que ayudan en todo lo que pueden, pues no me pude negar a acompañarla en su primera cita con Alejandrito, cita a la que por supuesto, él también contribuía en especies... Eusebio.

Cervecitas, Coca-Colas zero y algún zumito impuesto por una camarera guarrilla. Situación: Antonia se acerca a la barra, pide la segunda ronda, todo igual, excepto un agua para Eusebio.


1 comentario: