jueves, 4 de septiembre de 2025

[Página 42] Mission 005 - Enrique Calvo

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El ojo del mundo


El cuelo se partió con lentitud. 

No fue una fractura brusca, ni un evento que los sentidos humanos pudieran describir con certeza. Fue una grieta invisible que se abrió en el tejido del aire mismo, como si el planeta, en lo más profundo de su pulso milenario, reconociera que algo extranjero -aunque esperado - había comenzado a descender- 

Desde la capa superior de la atmósfera, Mimi emergía como una figura hecha de luz y ausencia, su silueta apenas perceptible entre las nubes que se abrían a su paso, formando espirales concéntricas que se retorcían con una cadencia lenta y mecánica. El viento cambió de dirección. El aire, antes estático, comenzó a girar en torno a ella como si obedeciera una coreografía antigua, impresa en la memoria geológica del planeta.

Las aves que aún sobrevivían en las alturas - espectros grises, deformes, arrastradas por mutaciones sin historia - de dispersaron sin emitir sonido. Los sensores naturales de la Tierra, sus fibras más íntimas, sus capas de silencio dormido, comenzaron a vibrar. En las raíces de árboles agrietados, en el canto de los insectos mutilados, en la corriente subterránea que rozaba los huesos de las civilizaciones extinguidas... algo se activó. Mimi se acercaba. 

Su cuerpo descendía con solemnidad. No era un cuelo. Era una procesión vertical, una caída decidida no por la fuerza de la gravedad, sino por la fuerza de un vínculo imposible de resistir. La Tierra no la llamaba con palabras, ni con imágenes. La llamaba con el peso del tiempo. Con el hambre de redención. Con la necesidad de ser vista.

Y ella, desde lo alto, miraba. 

Bajo ella, el planeta se extendía como un cadáver que aún respiraba: hermoso y trágico, vivo en algunos tramos, moribundo en la mayoría. Desde su altura, distinguía las franjas de ceniza que cubrían las viejas ciudades deshechas, los bosques deformados por el paso del calor y la radiación, los cursos de ríos detenidos, los lagos oscuros como ojos ciegos.  




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