[Cine-Reseña] El niño con el pijama de rayas

Título original: The boy in the Striped Pyjamas

Fecha de estreno: 19 de Septiembre de 2008
Director: Mark Herman
País: Reino Unido / Estados Unidos
Año: 2008
Duración: 94 minutos

SINOPSIS: Bruno es un niño de 9 años que se ve obligado a abandonar Berlín y dejar atrás a sus amigos cuando su padre, un oficial nazi, recibe el mando del campo de concentración de Auschwitz. Con su inocente personalidad, Bruno no entiende qué ocurre en el campo de concentración ni por qué ahí dentro todo el mundo viste de forma tan rara. Pronto la curiosidad le vence y comienza a explorar los límites del campo de concentración siempre que puede. Durante una de sus escapadas, Bruno conoce a un niño llamado Shmuel, un niño judío que se encuentra al otro lado de la valla, vestido con un curioso 'pijama' de rayas.

La película explora la relación de los dos niños, de vidas completamente opuestas, y cómo crece su amistad completamente ajena a la realidad.

Quería ver algo relacionado con el Holocausto justo antes de mi viaje a Polonia y decidí que esta sería la película. 

No recordaba como acababa y creo que ahora sé por qué. 

En esta película nos encontramos con Bruno, un chico que vive en una familia Alemana al uso, cuyo padre forma parte de la milicia. Un día al regresar a casa descubre que tienen que mudarse lejos de la ciudad, cerca de lo que el conocerá como "la granja". 

Su padre ha sido destinado a una casa cerca de los campos de concentración, algo que aún no puede entender un niño de 8 años.

Bruno no entiende por qué no puede acercarse a los "granjeros" o por qué todos ellos llevan la misma ropa siempre, aunque comenzará a entender poco a poco. Nadie puede frenar la curiosidad de un niño y pronto nuestro protagonista descubrirá un modo para salir de la casa sin ser descubierto y poder acercarse hasta los desconocidos. 

Allí, a través de una valla conocerá a Shmuel, un niño de su edad que viste el famoso pijama de rayas y que poco a poco le irá descubriendo el mundo al otro lado. Con el tiempo, Bruno verá "la verdad", nada parecida a lo que muestran en los videos de la tele de las reuniones privadas de su padre.

A pesar de ser un tema duro, completamente situada en pleno Holocausto, no es tan dura o cruda como pueden ser otras películas de la misma temática y todo se debe a que nos ponemos en los ojos y en la piel de un niño de 8 años. No entendemos por qué hay gente encerrada, por qué los tratan distinto o por qué no pueden ser nuestros amigos. 

Podemos identificar, como espectadores, claras inclinaciones políticas en los adultos. Quiénes están a favor, quiénes lo ven una salvajada, y quiénes prefieren no tratar el tema y vendarse los ojos ante las atrocidades cometidas por la nación. 

Creo que en ese sentido también podemos observar claramente cómo era el día a día de muchas familias en aquellos crudos años.

Sin duda una película que merecer ser vista al menos una vez en la vida, que nos llenará de ternura a la vez que nos acercará un poco a la época y sus terribles momentos. 

Puntuación

4,5/5