lunes, 10 de febrero de 2025

[Página 42] Puntuando el amor -Cristina Prieto

En estos casos tenemos la costumbre de no saludarnos y de dar por hecho que la otra persona esta ocupada, así que me dirijo a Sara con delicadeza hasta mi cuarto y cierro la puerta sabiendo que eso bastará para que mi compañera de piso no moleste.

Tardamos apenas veinte segundos en oír la música que se ha puesto Lorena para no escucharnos follar. Sonrío, agradecido por su existencia y por las facilidades que me brinda al vivir con ella. 


-Mi compañera de piso - le susurro a Sara -. Así podemos hacer todo el ruido que queramos.


El comentario parece gustarle a la chica, que juguetea con los botones de mi camisa. 

Me entrego a mi tarea de ese momento: eliminar cualquier prenda de ropa que se pueda interponer entre nosotros. Pero justo cuando me pongo al lío... la palabra "Huracán" se me tatúa en la mente, petrificándome. Se me traban las manos con el cinturón de Sara y me doy cuenta de que llevo un par de segundos sin moverme ni un milímetro.

-¿Estas bien? - me pregunta la chica, extrañada.

Menos mal que estamos en penumbra y no ha podido ver mi expresión, porque tiene que ser un poema. Carraspeo. 

-Sí, perfectamente. ¿Seguimos?

-Por supuesto - ronronea, y me besa de nuevo. 

"Los preliminares, listillo!, dice una voz en mi cabeza a la que, no sé por qué, me veo obligado a hacer caso. 

Bajo los brazos y recorro su torso desde la cintura.




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