jueves, 25 de septiembre de 2014

[Página 42] Llamadas anónimas


-O que nos equivoquemos y nos metamos mar adentro. A ver si ahora vamos a tener que llevar una brújula de bolsillo para no perdernos -dijo César-.

Las tres chicas se acercaron a ellos para oír de cerca sus comentarios, porque el cuchicheo que se traían los chicos era mosqueante.
-¿Qué pasa por aquí? -preguntó Rebeca-. ¿Acaso hay alguna novedad?
-¡Hombre! -contestó Jonathan-, estábamos comentando que parece que el amor llama a tu puerta.
-Que llame todo lo que quiera, que yo no pienso abrir.

César contestó:
-No disimules, que se te nota en la mirada que estás enamorada. 
-¡Bueno! -dijo ella-, de momento estoy flechada. Cupido ha hecho diana en mi corazón. ¡Qué le voy a hacer! Dicen que de esto al amor hay un paso.
-No te enamores a lo loco -le dijo Jonathan -, porque no sabes si tiene novia o es un don Juan que luego te deja tirada. No te entregues tan de golpe, ¡ya me entiendes!
-Vosotros me conocéis bien -dijo lle-, ya sabéis de buena tinta que yo no me voy entregando a nadie como si fuera un regalo. Solo lo hago cuando ese alguien me provoca un flechazo. Pero yo no soy la única; preguntad a Ainhoa cómo se siente...
-¿Yo?, muy bien -respondió ella-. Nunca me he sentido tan animada. No es ningún secreto que me gusta Andrés- ¡Es un encanto! Vosotros sois los que tenéis que espabilar -dijo refiriéndose a Álex y Jonathan-, pero el problema que tenéis es que os gustan todas y os cuesta trabajo fijaros solo en una y que esta sea la definitiva. 



No se que tiene, que me gusta mucho jeje  ¿Y a vosotros?


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